La emergencia climática es cosa de todos

Los comercios también pueden contribuir en la lucha contra el cambio climático

Barcelona ha declarado la emergencia climática, y lo ha hecho de manera conjunta y coordinada con las entidades, comercios, asociaciones y de acuerdo con el resto de administraciones.

El cambio climático plantea la necesidad de repensar los patrones actuales de consumo. Un modelo económico que cierre el ciclo, que promueva el uso eficiente de los recursos, el consumo responsable y la prevención y reducción de residuos. Por ello, el impulso de la innovación y la necesidad de adaptar el comercio a las nuevas dinámicas es vital.

Algunas de las acciones que se pueden promover desde los comercios y que pueden contribuir en la lucha contra el cambio climático son muy sencillas y no implican prácticamente ningún coste añadido, incluso algunas pueden suponer un ahorro. Otras pueden suponer un pequeño gasto, pero el posicionamiento de un comercio como referente de esta lucha global puede comportar un valor añadido muy importante para los clientes.

Comunicación con valor añadido

Así pues, acciones sencillas como mencionar la procedencia de los productos o explicar cuáles han sido sus sistemas de obtención o fabricación, o qué distancias han recorrido desde el punto de origen supone una información de gran relevancia para el consumidor y un valor añadido a nuestra oferta.

Los productos Km0, ecológicos y los de temporada tienen cada vez un mejor recibimiento entre la ciudadanía y aseguran que los gastos energéticos a la hora de conservarlos o trasladarlos han sido mínimos. Además, llevan asociada la idea de saludables y por tanto, también son más atractivos.

Promover entre los clientes propuestas y facilitar acciones para la gestión de los residuos o el derroche alimentario, por ejemplo, favoreciendo e impulsando los productos y formatos comerciales que reduzcan y/o eliminen el Vaapackaging y los residuos vinculados al embalaje y transporte de productos son, también, acciones efectivas. A la vez, se puede optar por el ecodiseño, los productos de buena calidad y larga vida, que no generen residuos tóxicos o difíciles de tratar.

Distribución sostenible

Más allá de los propios productos, el comercio de proximidad puede poner de relieve su contribución a la reducción de emisiones, poniendo en valor el beneficio que supone comprar en las tiendas del barrio, ya que mejora la movilidad, puesto que favorece los desplazamientos a pie o en bicicleta.

En este caso, se puede optar por dar un paso más y trabajar para mejorar la eficiencia logística de la distribución de mercancías, compartir distribución con otros establecimientos próximos y potenciar que la distribución de última milla se haga en bicicleta o moto eléctrica, a partir de microplataformas, por ejemplo.

Eficiencia energética

A la vez, los propios establecimientos también pueden implantar cambios sustanciales en cuanto a la eficiencia de su consumo energético. Hacer un buen mantenimiento de los equipos y tener en cuenta el ahorro de energía en climatización (aislamiento, toldos) e iluminación (luz natural...) en caso de reforma del local, no solo contribuye a reducir emisiones sino que ayuda a reducir la factura eléctrica.

Reducir la temperatura un grado por debajo de la de confort recomendada (21° en invierno 26° en verano) hace aumentar el consumo de electricidad hasta un 8%; disminuir la temperatura de los frigoríficos por debajo de los 3-4 °C incrementa el consumo alrededor de un 6%; las lámparas de alta eficiencia gastan unas 5 veces menos que las tradicionales y duran hasta 10 veces más.

Promover medidas para dar respuesta desde los comercios supone una oportunidad de diferenciación y proyección del negocio, además de una contribución clara en beneficio de toda la ciudadanía.

Para saber más: www.barcelona.cat/comercsostenible

(web del programa Barcelona Comerç + Sostenible. Incluye cápsulas de video de buenas prácticas en los comercios de la ciudad)

Barcelona Comerç
@eixosbcn
#FentBarriFemCiutat

_ contenido creado por Comerç+Sostenible, Barcelona, febrero 2020 
_foto: Joshua Brown on Unsplash