Pasaje de Mallofré

El pasaje Mallofré es uno de los rincones de Sarrià donde el paso del tiempo se para, el tráfico desaparece y el bullicio del barrio enmudece. Este pequeño espacio que conecta la calle Major de Sarrià, a la altura del número 75,  con la del Clos de Sant Francesc, es de titularidad privada, aunque está abierto a todo el mundo, siempre y cuando, eso sí, se respete el silencio y tranquilidad que lo han convertido en el espacio singular que es hoy.

El pasaje recibe el nombre de Josep Mallofré y Trius, un conocido corredor de bolsa del siglo XIX que compró los terrenos en una subasta de 1871, cuando la sociedad de arrieros de Sarrià que era propietaria no pudo hacer frente al pago de la finca.

Mallofré ordenó la demolición de los garajes que ocupaban los transportistas, anteriormente un cuartel, y allí mandó construir tres casas, dos de ellas, en cada una de las entradas del pasaje y una tercera en su interior. Para estas obras, el corredor de bolsa confió en constructores y paletas de Sarrià, como el maestro de obras Joan Freixa y Vilardaga o el albañil Carles Baixeras y Paulí, ambos de reconocida solvencia por su gran profesionalidad.

Las casas y el pasaje se han conservado hasta el día de hoy que vuelven a lucir con todo su esplendor, gracias a la rehabilitación del año 2000, dirigida por el arquitecto, también de Sarrià, Mariano Meseguer.